
Temo tus besos, gentil doncella.
Tú no necesitas temer los míos;
Mi espíritu abrumado en el vacío,
No puede atormentar el tuyo.
Tú no necesitas temer los míos;
Es inocente la devoción y el sentido
con los que te adora mi corazón.
«1792-1822»
(INGLATERRA)
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