
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes.
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
una pluma y una flor.
se parecen mucho a ti.
Cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
bajo el cielo y bajo el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?»
y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad.»
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar.»
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté.»
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver.»
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en Mí.»
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.
(Félix Rubén García Sarmiento)
«1867-1916»
(NICARAGUA)
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