
Cuando en el fondo duermas, mi bella tenebrosa,
De una tumba de mármol negro construida,
Y ya tan sólo tengas por alcoba o guarida
Una cueva lluviosa y una profunda fosa;
Y tus flancos doblados con encanto tendida,
El latir y el querer a tu pecho le impida,
Y a tus pies el correr su carrera azarosa,
(Porque la tumba siempre comprenderá al poeta),
En esas largas noches en que el sueño es proscrito,
No haber conocido lo que lloran los muertos?”
—Y el gusano te roerá la piel como un remordimiento.
«1821-1867»
(FRANCIA)
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