
Esta noche el paisaje soñador se niquela
con la blanda caricia de la lumbre lunar;
en el monte hay cocuyos, y mi balsa que riela
va borrando luceros sobre el agua estelar.
me enciende en oro trémulo como a un dios tutelar;
y unos indios desnudos, con curiosa cautela,
van corriendo en la playa para verme pasar.
y la luna prolonga mi silueta en el río;
me contemplan los cielos, y del agua al rumor
y a la voz del bambuco que en la sombra se aleja,
la montaña responde con un vago clamor.
«1888-1928»
(COLOMBIA)
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